lunes, 26 de diciembre de 2011

Los centros de spa ayudan a alcanzar el bienestar integral

Como una válvula de escape a esa rutina que cansa y fatiga, surgen los centros de spa, donde se realizan diversos tratamientos -según la edad y la necesidad del cliente- que permiten alcanzar el bienestar físico, mental y emocional.

El spa consiste en una serie de terapias de relajación basadas en el agua, pero que también se combinan con la medicina preventiva, tratamientos de belleza y de estética, utilizando terapias relajantes, baños de algas, aromaterapia, hasta rehidratación corporal y facial, entre otros.

“Vivimos en una época demasiado estresante, lo que implica que alteremos nuestro organismo y, por ende, nuestra salud. Por lo tanto, recurrir al spa es darle importancia a nuestro cuerpo”, afirma la cosmetóloga y esteticista Rose Marie Padilla, propietaria del spa que lleva su nombre.

Por su parte, Elizabeth Mansilla, dueña de un centro que también lleva su nombre, dice que “estos servicios están dirigidos a personas que se preocupan de su cuidado estético, como también de su salud. Son personas que han adquirido la necesidad de verse bien, sentirse bien y estar bien”.

Tipos de tratamiento

En estos centros se ofrecen tratamientos a nivel facial y corporal. El primero consiste en terapias que limpian, suavizan, hidratan y rejuvenecen la piel del rostro, aunque también tratan problemas de acné en su etapa inicial.

El spa corporal, en cambio, trata de reafirmar, tonificar y reducir algunas partes del cuerpo, de disminuir la celulitis y las estrías en la piel, además de hidratarla y exfoliarla, si así se requiere.

El procedimiento en cada sesión varía de acuerdo al pedido del cliente y, por lo general, dura alrededor de cuatro horas.

Asistir a una de estas sesiones garantiza el cuidado de la piel y la relajación del cuerpo a través de masajes, por lo que estos tratamientos también demandan la importación de maquinaria de última tecnología y de productos profesionales de primera calidad que no se encuentran en el mercado boliviano.

Pero antes de iniciar el proceso, ambas profesionales coinciden en que es muy importante un diagnóstico inicial, en el que se determine el tipo de piel de la persona y el problema que desea tratar.

“El diagnóstico previo es necesario en todo momento, ya que con esto establecemos el estado actual del cliente, sus antecedentes personales, patológicos y otros aspectos que son necesarios conocer para poder proceder a realizar cualquier tipo de tratamiento”, afirma Mansilla, quien trabaja en este campo desde hace 26 años.

A partir de este análisis se decide el tipo de tratamiento, la cantidad de sesiones que necesita y la frecuencia con la que tendrá que acudir el paciente, aunque se recomienda que sea al menos una vez al mes.

Por otra parte, en este servicio no se hace diferenciación de edad o de género entre clientes.

“De un tiempo a esta parte vienen personas de toda edad; desde jóvenes que tienen problemas iniciales de acné, hasta personas de la tercera edad que se preocupan por mejorar la piel de su rostro”, comenta Padilla, quien tiene 18 años de experiencia en este campo de la estética.

Servicio integral

Una característica de los centros de spa son las alternativas que se ofrecen mediante paquetes especiales que, al margen de la relajación, velan por el embellecimiento de quienes acuden a estos lugares.

Por ejemplo, hay ofertas especiales para novias y quinceañeras desde los servicios más básicos hasta los más completos. El precio va desde los 280 bolivianos en adelante, según la elección.

Cada paquete incluye manicura, pedicura, depilación, peinado, maquillaje, masajes corporales e incluso el bronceado de la piel, en el que usan camas solares o sopladores.

En Rose Marie Padilla Spa también cuentan con una piscina para complementar los tratamientos; mientras que en Elizabeth Mansilla Spa tienen un gimnasio de uso opcional.

Campo de profesionales

“Lo importante es que las personas que recurran a un spa se asesoren bien para que reciban el servicio que merecen. Como en todas partes, siempre hay gente que abre negocios sin tener la experiencia...”, asegura Padilla.

Elizabeth Mansilla, por su parte, recomienda analizar la trayectoria del lugar, los profesionales y los productos que utilizan.

“Hoy en día han optado por poner la denominación de spa a cualquier tipo de negocio que brinda algunos servicios estéticos sin cumplir siquiera con las normas mínimas necesarias para serlo”, agrega.

En La Paz sólo hay 16 empresas registradas en la Asociación de Cosmetólogas Esteticistas Profesionales (ACEP), que están autorizadas para ofrecer este tipo de servicios de forma garantizada.

Sucede que en Bolivia no existen escuelas especializadas en este campo y quienes quieren dedicarse a la estética deben estudiar en países vecinos, donde se desarrolla la carrera a nivel profesional.

Por ejemplo, Padilla estudió por cinco años en Brasil y Buenos Aires, mientras que Mansilla se formó en Argentina con especializaciones en Estados Unidos.

El personal con el que trabajan no excede las 12 personas, pero todas están en un proceso constante de actualización para ofrecer mejores servicios. Es así que cada cierto tiempo asisten a congresos internacionales de actualización y regresan con nuevos desafíos.

Después de sumergirse en este campo de belleza y salud, no quedan excusas para reservar una cita con estas especialistas, a modo de darse un regalo de calidad este fin de año.

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