viernes, 24 de febrero de 2012

Una terapia con piedras ayuda a canalizar la energía

Además de ser elementos ornamentales y amuletos para algunos, las piedras y los cristales se pueden utilizar, aseguran, para sanar enfermedades y problemas físicos y emocionales.

Estos elementos acompañaron al ser humano durante milenios en forma de talismanes, amuletos, objetos ornamentales o de ofrenda religiosa. En el Egipto antiguo, por ejemplo, se usaba la piedra negra hematite para facilitar a los difuntos el pasaje de un mundo a otro al dejar un amuleto de hematite sobre las tumbas.

Fue la medicina antigua de la India (ayurveda) la que más desarrolló la tradición de utilizar las piedras en el campo de la salud. Pero también en la América Prehispánica tuvieron un rol especial en la salud de los seres humanos.

Los aztecas usaban el jade en objetos ornamentales y bélicos. La llamaban “la piedra de la cadera” y creían que poseía propiedades benéficas, por ejemplo, para los riñones.

Daniel Pacheco es terapeuta y especialista en las propiedades benéficas de las piedras y sostiene que son “herramientas sanadoras que ayudan a equilibrar, liberar, desbloquear o conectar lo que la persona necesite en cuanto a lo mental, emocional, físico o espiritual”, y explica que las piedras no curan en sí mismas, sino que son “herramientas” que deben ser activadas de forma consciente para intervenir en el proceso de curación.

El proceso de la terapia

La sala en la que Pacheco lleva a cabo la terapia está plagada de cientos de piedras y cristales de diferentes colores y formas.

Allí, el paciente debe elegir varias piedras que le llamen la atención. El terapeuta explica que, inconscientemente, el paciente elige aquellas piedras que reflejan la situación o momento que están viviendo y lo que necesitan.

“Cada una de las piedras representa algo específico por sus colores, formas y componentes químicos”, dice el terapeuta y agrega que estas piezas se colocan sobre el cuerpo del paciente para que entren en interacción con la energía del cuerpo, lo que se conoce como el campo electromagnético de la persona.

También es importante lo que representa cada roca en cuanto a lo simbólico. Así, se puede relacionar esta información con lo que le pasa al paciente en los campos psicológico y emocional.

Espacios en calma

Rosario Cáceres es una aficionada específicamente a los cristales. Además de usarlos como adornos en su casa, para ella los cristales ayudan a elevar la energía de los espacios en los que se colocan. “Transforman la energía, la limpian y la purifican. Dan un ambiente de paz y armonía”, dice esta mujer, para la que también el consultorio de Pacheco, que está lleno de estos elementos, transmite una sensación de tranquilidad y calma.

Además de los cristales, hay otros granitos que también se utilizan con diferentes propósitos en el proceso de curación. Están, por ejemplo, la obsidiana, el ámbar, el coral y la madera petrificada.

La piedra rejalgar contiene arsénico y se usa específicamente para fortalecer el sistema inmunológico. “Esta piedra se coloca en el plexo solar que distribuye la energía al resto del cuerpo y aumenta la capacidad y fortalece el sistema inmunológico”, explica Pacheco.

Para el especialista, uno de los aspectos que más contribuye a la mejoría de una persona enferma es la intención, la voluntad de estar mejor. “Aunque siempre se mueve energía, es mucho más efectivo cuando la persona está decidida a enfrentarse con sus miedos y problemas y trabajar consigo misma”, sostiene Pacheco.

Según él, todos los problemas físicos y las enfermedades no son más que síntomas cuyas causas son problemas psicológicos. Por ello no suele trabajar sobre las enfermedades, sino que busca la causa de éstas.

Meditación y energización

Al margen de ser herramientas de sanación, los granitos se emplean en la meditación. “Yo medito diariamente y siempre lo hago con una piedra, generalmente con algún cristal, porque te ayuda a expandir la energía”, sostiene Marcela Barrios, quien también trabaja con cristales. Para ella una piedra de tonalidades verdosas, por ejemplo, inclusive puede ayudar a atraer la abundancia.

Pacheco señala que las piedras de color violeta se utilizan en los períodos de cambio y los cuarzos rosados para mejorar la autoestima, o también la relación con los demás.

Para activar las piedras, limpiarlas y energizarlas es necesario dejarlas reposar en agua y sal por algunas horas, para después enjuagarlas con abundante agua y exponerlas a los rayos del sol o la luna.

Piedras y energía
Cuarzo Canaliza la energía, la amplifica y estabiliza.


Turmalina Abre y desbloquea la energía negativa.


Obsidiana Tiene la energía del volcán. Saca cosas que están guardadas o reprimidas en el inconsciente.


Cuarzo rosa Mejora la autoestima y la confianza en uno mismo.


Malaquita Absorbe la energía negativa de la persona y la enfermedad se queda en la piedra.


Amatista Impulsa los cambios y ayuda a salir de la confusión emocional.


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