miércoles, 31 de octubre de 2012

Piercing, adorno con riesgos

El piercing es la perforación hecha en una parte distinta al lóbulo de la oreja para insertar pendientes, aros u otros ornamentos. Los motivos pueden ser diversos, pero el objetivo siempre es el mismo decorar o adornar el cuerpo.

En la sociedad occidental, el piercing lo popularizó el movimiento punk en los años 70 y desde entonces no ha dejado de estar de moda.

Cualquier persona (hombre y mujer), a cualquier edad, puede decidir hacerse un piercing, pero es imprescindible que conozca los riesgos a los que se expone y la manera de prevenirlos.

La mayoría de las personas que se hacen piercing responden a un perfil adolescente, en mayor medida de sexo femenino, de entre 14 y 17 años que desconoce las medidas preventivas para cuidar el orificio de la perforación.

Es de gran ayuda que las personas que quieran hacerse un piercing estén atentas a la higiene del centro, así como del profesional que lo realiza.

En condiciones normales, la persona después de una perforación no tiene por qué sentirse mal, tan sólo se pueden tener algunos síntomas pasajeros como un poco de dolor, hinchazón en la zona perforada. Pero hay casos en los que la perforación sale mal.

Sin embargo es menester saber que los piercing presentan complicaciones hasta en un diez por ciento de los casos. Esas dificultades son: infecciones, alergias, cicatrices, etc.

20 Por ciento de casos registra infección

Las infecciones e inflamaciones cutáneas se dan por falta de higiene en la realización de la perforación y en los cuidados posteriores.

Por tal razón los instrumentos tienen que ser manipulados higiénicamente y se debe cuidar la perforación en casa.

Alergias al niquel

Hay pieles que reaccionan al contacto con este material que está presente en los pendientes e incluso en algunos utensilios para perforar.

Las piezas metálicas que se utilizan como aros no siempre son puros por eso causan reacciones en la piel.

Cicatrices exageradas

Hay pieles que tienden a cicatrizar creciendo hacia fuera y se forma lo que se denomina queloides. En este tipo de personas no es recomendable hacerse piercing. Lo ideal es quitar el aro lo antes posible, de lo contrario el cuerpo irá expulsando el arete naturalmente.
Hemorragias profundas

Algunos órganos donde se realizan las perforaciones como la lengua se caracterizan por una circulación sanguínea abundante y poner un aro en ese lugar puede derivar en un sangrado que se convierte en hemorragia. En estos casos se debe acudir de inmediato a un especialista para parar el sangrado.

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