El día está compuesto de 24 horas, y para que analicemos un comportamiento físico postural, tendremos que comparar y sumar los momentos en que la columna se mantiene recta o curvilínea. Por ejemplo: volumen de almohadas y/ó ausencia de las mismas al dormir durante las horas de sueño, colchones blandos o duros; cantidad de horas sentados en sillones caseros, de oficina, de vehículo, sillas de madera, de plástico, acolchonadas, confortables o incómodas; y tiempo dedicado a la computadora o televisores. Si sumamos las horas rectilíneas por las horas curvilíneas del estado de la columna, obtendremos un resultado estadístico que indicará la buena o la mala postura.
Además , los estados anímicos negativos como la tristeza, miedo, síndromes de pánico, dolores de cabeza, cansancio muscular, falta de energía, bajo autoestima y complejo de inferioridad contribuyen a la mala postura.
La carencia de actividades físicas y/ó deportivas, y el uso diario de mochilas, maletines, carteras y objetos pesados también son factores que atentan contra una buena postura corporal.
El sobrepeso, los bustos excesivos y/ó ausencia de busto, las barrigas pronunciadas, el desarrollo de estaturas elevadas y los problemas de curvaturas fisiológicas de la columna vertebral; así como: lordosis, cifosis, escoliosis son factores físicos, que imposibilitan la correcta postura.
Los conceptos de belleza y de estética corporal deben ser considerados a través de una correcta postura que automáticamente genera una buena presencia social, creando una imagen más admirada en lo social y favorecedor para las entrevistas laborales
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