sábado, 28 de marzo de 2015

Piel perfecta: secretos de antiguas egipcias, Diosas Romanas y Geishas




En la antigüedad preservar la belleza y juventud de los cuerpos era de suma importancia, pues se creía que estos se llevaban tal y como estaban a la próxima vida; por eso las mujeres se afanaban por probar diferente trucos para mantener su belleza principalmente se esmeraban en los cuidados de la piel tanto que a veces utilizaban productos letales para poder ser una de las mujeres más bellas de la comunidad.

En este artículo te mostramos como las mujeres de diferentes culturas usaban diferentes trucos para poder preservar la belleza de la piel, pero antes algunas recomendaciones para la piel.

Antes de aplicar cualquier mascarilla debemos lavar muy bien nuestro rostro con agua y jabón.

Beber como mínimo 8 vasos de agua al día nos ayudara a perfeccionar más nuestra piel agregarle hidratación y prevenir las impurezas.

Procura lavar el rostro con agua fría, por eso las mujeres de la de la antigüedad mantenían su piel joven aún en la edad avanzada pues el agua fría mantenía elástica la piel por mucho más tiempo. Esta también refrescará y cerrara los poros evitando que puedan aparecer puntos negros.

Vamos a poner en práctica estas mascarillas 3 veces a la semana haciendo intervalos de un día entre cada día.

Leche: uno de los grandes secretos de Cleopatra para mantener una piel joven y bella era bañarse con leche de burra, Popea Sabina una de las mujeres más hermosas en la antigua Roma y segunda esposa de Nerón también empleaba esta práctica. Cleopatra también solía aplicar leche de vaca combinada con miel en el rostro para mantener su hidratación y frescura.

Como vimos anteriormente la leche es un gran producto para la suavidad, hidratación y juventud de la piel, por lo que la vamos a utilizar como mascarilla nocturna para preservar la hidratación de la piel, vamos a empapar un algodón en leche y lo vamos a pasar por todo el rostro, hasta asegurarnos de haber cubierto toda la piel con leche a continuación esperamos hasta que se seque y nos acostamos, a la mañana siguiente lavamos el rostro con agua fría y nos aseguramos de retirar toda la leche sobrante, posteriormente aplicamos nuestra crema hidratante.

Carne de ternero: Según las antiguas escrituras de Egipto Cleopatra mantenía la frescura de su piel colocando carne de ternero cruda en su rostro por algunos minutos, retiraba y a continuación lavaba su rostro con agua tibia. Las diosas romanas preparaban mascarillas con carne cruda para mantener una piel joven.

Cera de abeja: en la antigua Roma las Diosas romanas solían utilizar la cera de abeja para proteger su piel de los factores ambientales además les daba suavidad y era un ungüento anti-arrugas.

Efectivamente la cera de abeja es de gran beneficio para el cuidado nuestra piel ya que es hidratante y genera una capa de protección, esta también es un antialérgico, un anti-inflamatorio, un antiarrugas y anti-bacteriano.

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